La muchacha que me mira, no la puedo reconocer, quizás sea la vecina, a la que yo vi nacer, el cartero me saluda con mucha cortesía ¿Sera de mi familia? ¡Como lo podre saber!
Así me pasa el tiempo y llego la hora de volvernos a ver, me miro al espejo y creo no reconocerme, la cara acicalada, el pelo engominado, la corbata bien puesta y el pantalón planchado. Que cosas tienen los viejos y todo para jugar, al cinquillo de cada día, en la cafetería del Hogar, el Hogar de Jubilados, pues todo lo tengo que explicar.
Mi nieto me mira y se ríe, ¿Abuelo que guapo estas? ¿Bas a ver a la novia? ¿O es qué quieres ligar? Que cosas tienen los críos, no se les escapa ni una, están en todos los detalles y con el Abuelo mucho más.
Ya ce bella dama, que somos algo mayores, pero al llegar a estos años, que nadie nos quite las ilusiones.
Y tu nieto irreverente, respeto a los demás, cuando llegues a mayor, quizás lo comprenderás.
El abuelo le cuenta a su nieto Oriol |
BONITO RELATO, aunque yo pienso que envejece el cuerpo no el espíritu...por eso hasta la muerte,la ilusión no se pierde....Y cada edad tiene sus cosas bonitas y otras menos....
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